Hojas que caen en el silencio
naturaleza que se impone
ante nuestros ojos
.
Brillantes atardeceres que
siembran en nuestras almas
gozo, y
dejamos de lado las penas
se los corazones rotos.
Sé, aunque no lo hayas dicho
que tu alma
está rasgada
y la mía también,
por eso en el Mar de lágrimas
nos encontramos así,
hoy como ayer.
De nublado ya no tiene el día,
de triste pasó a brillante
porque al contemplar tus ojos
me perderé
cómo el verde brillo del bosque
que hoy me abraza.
domingo, 1 de febrero de 2009
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